Porque los padres son el árbol y los hijos son los frutos.
La relación espiritual de padres e hijos es una de las más importantes que podemos experimentar. Este vínculo es un acuerdo prenatal que nuestras almas aceptan antes de nacer. Sin embargo, al llegar al mundo, nuestra alma olvida todo, porque uno de los regalos más grandes que podemos tener al volver a nacer es recobrar la inocencia y la sorpresa de maravillarnos con las cosas más importantes por las que vale la pena vivir en la Tierra.
Llegamos para volver a nacer, pero lo fundamental está acordado antes de nacer.
Nuestros padres son parte esencial en nuestro camino. Sin ellos, nosotros no estaríamos aquí. Ellos también aceptaron ser parte de nuestras vidas por una razón profunda, que va más allá del entendimiento del ego y la mente. La vida es un contrato prenatal donde todas las partes involucradas aceptan los términos y condiciones que el alma necesita para evolucionar espiritualmente. Este intercambio de energías es fundamental para que nuestras almas recuperen partes perdidas de sí mismas.
Una de las principales lecciones que las almas buscan en la experiencia humana es aprender a amar. Todos, en algún nivel, deseamos ser amados y aprender a amarnos a nosotros mismos. Es por eso que muchas veces hacemos todo tipo de cosas, a veces si lo pensamos bien podrían ser hasta algo ridículas, con tal de que nos amen.
El amor es la esencia de nuestra existencia en la Tierra, y nuestros padres son los primeros en esperarnos con ansias al nacer. Esto puede ser un tema controversial, sujeto a muchas discusiones, pero esas controversias son parte de lo que alma requiere vivir.
Es el ego el que busca razones para no amar o aceptar a nuestros padres, pero desde una perspectiva espiritual, todo lo que vivimos es perfecto para nuestra alma. Las dificultades en la relación espiritual de padres e hijos son lecciones que nuestras almas eligieron experimentar. Estas situaciones son desafíos que nos permiten crecer y evolucionar mediante la relación espiritual de padres e hijos.
Es importante recordar que nuestros padres y/o hijos son perfectos para nosotros y nuestro plan de vida, como parte de nuestro contrato de encarnación.
Vinimos a la Tierra para aprender a amar. Son nuestros padres los primeros humanos que, al volver a nacer más necesitan nuestra llegada (nacimiento) porque la llegada de un hijo representa un gran salto de evolución y trascendencia como persona.
Las dificultades que surgen en la relación entre padres e hijos son, en realidad, los aprendizajes que el alma eligió experimentar. Si encuentras desafíos en tu relación con tus padres o hijos, esas son las lecciones difíciles que tu alma necesita atravesar para crecer en esta vida.
La relación espiritual de padres e hijos
Tus padres y tus hijos (si es tu caso) son perfectos para ti, y forman parte del plan de tu alma y del contrato de encarnación que aceptaste antes de nacer. Acordaron ser parte de la misma familia y del mismo árbol genealógico. Si hay aspectos de tus padres o hijos que no aceptas, no amas o no te gustan, lo quieras o no forman parte de tu propio árbol. Nos guste o no es una realidad que no se puede cambiar; entonces solo queda aceptarlo.
Aceptar a nuestra familia y nuestro árbol genealógico es crucial para nuestra evolución espiritual. Todos los aspectos de nuestra familia forman parte de nuestro camino y no podemos cambiarlos, solo podemos aceptarlos y aprender de ellos. A medida que aceptamos más, más amor fluye en nuestras vidas.
El amor no tiene límites ni condiciones. No se trata de escoger a quién amar o quien es digno de tu amor. El aprendizaje es entender que aceptar lo que no está en nuestras manos es una vía directa al amor. El amor es lo que nos une y nos fortalece, suavizando nuestro ser interior.
Te invito a reflexionar sobre estas palabras y vayan acortando los aprendizajes que tienes en tu relación con tus padres y/o con tus hijos. Unirnos nos hace fuertes, y el amor es la clave para esa unión. No temas a lo desconocido; la vida siempre se despliega más allá de lo que conocemos.
Gracias por leerme. Escribí esto con mucho amor para ustedes con partes canalizadas.
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Arianna Asha Yukabima Meerle
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